En el estado de Michoacán, las playas generalmente aparecen rodeadas por grandes rocas y acantilados. Se trata de playas solitarias, casi ajenas por completo al resto del mundo. En algunas de estas playas existen cabañas y hoteles de estilo rústico. Son playas por demás seguras para hacer campamentos, de tal suerte que pueden ser visitadas con este fin con total confianza. San Juan de Alima, en específico, es la más amplia de estas playas y cuenta con una oferta de servicios más amplia que las otras. Es un sitio estupendo para quienes gusten de la paz y el silencio durante sus vacaciones. También los ecoturistas encontrarán de gran interés la playa de San Juan de Alima, por las muchas aves exóticas que allí pueden contemplarse y que llenan de sortilegio las costas purépechas.
Por otra parte, entre la playa de San Juan de Alima y Boca de Apiza, aparece la comunidad más importante de la zona: El Ranchito, la cual si bien es pequeña y pintoresca, cuenta con una pista de aterrizaje perfectamente pavimentada. Cerca de allí, en el tramo Punta San Telmo-San Juan de Alima, aparece el río Ostula. En la desembocadura de esta corriente, se localiza el poblado indígena de Ticla, justo donde finaliza el parea náhuatl de esta parte de Michoacán. Son parajes de gran belleza costeña, por contar con vegetación profusa y una rica biodiversidad.